viernes

Te espero

Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás. Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí,
añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo...

3 comentarios:

celtaj dijo...

..."no creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás"...

¿Y por qué sabrás que la noche no se hará día? ¿Y por qué sabes que el cielo será siempre noche?

... porque no quisiste la esperanza, porque la lucha no es cómoda, porque la muerte es más fácil...

Un abrazo de esperanza.

Ana dijo...

Por la cobardía, el compromiso sentimental, por "el yo y mis circunstancias". Algunas personas, demasiadas, dejan escapar nuevas oportunidades por no alejarse de su entorno, por evitar sufrimientos, porque no tienen fe en su amor.
Yo sé que se puede, que siempre que queremos podemos, que no hay murallas para un amor tan grande.

Valor, entrega, confianza, complicidad, sinceridad, buena fe, savoir faire... aditivos para ser feliz sin dañar a nadie.

Ana dijo...

Pero es más sencillo acomodarse y no intentarlo, pasar de puntillas por la vida, sin pena ni gloria. Matar los ratos sin disfrutarlos, darse pequeñas huídas y esconderse del corazón.
Yo no podría pero tampoco me apetece luchar ahora. No encuentro motivos que me ilusionen.

Me sentaré en mi rincón del silencio, disfrutando de la poesía, de la música, de los amigos que aceptan mi forma de ser sin pedir nada a cambio.
Miraré al cielo, y dentro de mi alma, y en mi blindado corazón. Allí está mi verdad, la que nadie conoce. Nada es lo que parece.

Luz de Luna